La magnitud es la medida del brillo de un objeto celeste. Aplica a todos los objetos, estrellas, planetas, galaxias, supernovas… Los astrónomos de la antigüedad denominaron estrellas de primera magnitud (1) a aquellas que eran más brillantes y que se veían ya en el ocaso. Y sucesivamente, estrellas de magnitud 2, 3, 4… hasta las menos brillantes, magnitud 6, que solo podían verse en oscuridad total. Así que, en teoría, la magnitud 6 es la mínima medida de brillo que podía apreciarse a simple vista. Pero debes tener en cuenta algunas cosas más. La magnitud es logarítmica, y eso quiere decir que de 1 a 2 no aumenta lo mismo que de 2 a 3, y así… cuanta más magnitud se hace mucho más débil. Esa magnitud 6 correspondería, por ejemplo, al planeta Urano. Pero hoy en día, Urano no se puede ver a simple vista en sitios con contaminación lumínica.
Para que te hagas una idea de lo que puede observarse en realidad en el cielo con las condiciones de contaminación lumínica actuales, si vas a la Osa Mayor, que todo el mundo conoce, y que es esa constelación que tiene forma como de cazo, y empiezas a observar por el mango del cazo, localiza la segunda estrella que no es binaria (doble) pero se ve como si lo fuera. Hoy en día, en un sitio con un cielo sin exceso de contaminación lumínica, las personas con buena vista alcanzan a ver la binaria de la segunda estrella del mango. Y esa estrella es de magnitud 3,5. También hay personas con muy buena vista que puede discernir, por ejemplo, la nebulosidad de la galaxia de Andrómeda que también está pegada a la Osa Mayor que también tiene una magnitud de 3,5.